
Hemos reconocido el choque digital con mucha fascinación e esperanza. Pero es tiempo de combatir algunas ideas superficiales demasiado difundidas. McLuhan fue el último gran pensador de la edad del fuego, que incluye la matriz de la electricidad. El no pensó la innovación de la numérica, que no es un desarrollo de la electricidad, no es una energía, pero sí es un código binario. Por eso, la numérica no constituye una ruptura en relación al alfabeto fonético, pero sí una reducción de 26 o 30 letras a 2.
Es una simplificación que resulta en una increíble potencia instrumental.
Nosotros debemos a la imprenta de Gutenberg la invención del realismo, el auge del racionalismo crítico y del humanismo, los fundamentos (siguiendo el mito de Prometeo) del Siglo de las luces, de la creencia en la libertad y en el progreso humano. Más allá de la crisis de la post-modernidad y de su nihilismo desencantador, sería entonces un terrible error sacrificarlos en nombre de una magia de la numérica, en el cual el neo-idealismo es evidente, y la virtualización nos pone en riesgo de conducirnos a un nuevo oscurantismo.
La utopía tecnocientífica de hoy en día es también ingenua y puede devenir también perniciosa como lo fueron las utopías sociales del siglo XIX. La numérica ofrece extraordinarias virtudes de creación de contenidos, comunicación y acceso multimedia en el espacio virtual, pero crea una cultura líquida, sin memoria, emotiva, lúdica. Es necesario defender hoy la importancia de los contenidos y rechazar que el medio sea el mensaje, según la fórmula famosa de McLuhan. El cantó como las sirenas pérfidas y ha sido muy genial en su tiempo, pero demasiado escuchado en nuestros días.
La numérica llama a una fascinación crítica y no implica de ninguna manera renunciar al libro, siendo uno de los mejores apoyos del tiempo detenido que exige el pensamiento crítico. Por el contrario, lo promueve, lo difunde, le sirve. El e-book, que sea el iPad o el Kyndle, o tantos otros, no es una ruptura con el libro de papel, sino una evolución, que no excluye a este, sino que lo completa. El éxito comercial que encontrón hoy se debe a una imitación más fiel del libro de papel. Y lo numérico no es una nueva oralidad multimedia borrando la impresa. Se lee y se escribe más que nunca, con la tecnología de reproducción: emails, sms, chat, blogs, twitter, social media, etc. Gutenberg toma una nueva importancia en la numérica. Más dicho: ¡es el triunfo de Gutenberg !
Hervé Fischer
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